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Los colores del arcoíris (RAINBOW)

Vivimos en una época en la que las imágenes, y especialmente las imágenes digitales, tienen un enorme efecto en la sociedad y en nuestra vida diaria. Muchos de nosotros estamos conectados desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir. Vemos el mundo que nos rodea desde nuestra pantalla. La realidad se imagina a través de píxeles, en lugar de personas reales. Conocemos a nuestras amistades por las redes sociales, y nuestras conversaciones son a través de mensajes instantáneos o móviles; el mundo real y virtual se disputan nuestra atención y nuestro tiempo. Pasamos cada vez más horas con los móviles y sentados delante del ordenador en contacto con otras personas. El mundo de Orwell se ha hecho realidad: estamos conectados 24 horas al día y 7 días a la semana para compartir todas nuestras actividades, emociones y sueños.

Quiénes somos, lo que hacemos y lo que pensamos se va a leer, ver y escuchar en algún lugar en la Red de Redes. ¡Ya no somos solo receptores pasivos, sino transmisores y presentadores! Enviamos al mundo nuestras fotos, videos caseros y textos para nuestros amigos y amigas de todas partes. Nos ven y nos siguen tanto quienes nos conocen como personas completamente desconocidas y hacemos amistades apretando una tecla. Cada vez nos influyen más las imágenes que aparecen en pantalla. ¡Por eso es tan importante que esas imágenes no sean estereotipos, que no difieran de la realidad!

Las imágenes del proyecto RAINBOW reflejan una diversidad de retratos reales sobre la temática LGBT. Las imágenes muestran que la gente real tiene emociones reales. Sentimientos como deseo, dudas, sueños, incertidumbre, enamoramiento, amistad e identidad. ¡Como los propios colores del arcoíris!

Hablar de la diversidad sexual en la educación no es una actividad cotidiana. Pero la mayoría de niños, niñas y jóvenes son conscientes de las diferencias entre chicos y chicas, así como de su propio desarrollo sexual. Los padres y madres suelen ser los primeros que se enfrentan a este tema, pero los centros de enseñanza tienen, sin duda, su propia responsabilidad y posibilidades. Cada centro tiene que ofrecer un espacio seguro en el que niños, niñas y jóvenes puedan desarrollarse como personas lo mejor posible, para explorar sus propias posibilidades.

Ser lo que soy es una de las condiciones para el crecimiento personal y el desarrollo en cualquier ámbito. Las escuelas y el profesorado pueden utilizar los materiales que hemos elaborado en este proyecto RAINBOW para hablar, reflexionar y crear un espacio seguro, en el que cada cual se sienta libre de participar y pueda desarrollar su propio “color”.